En los primeros años como comercial es habitual cerrar ventas equivocadas o no rentables para la empresa. La presión de los objetivos nos puede y terminamos por aceptar las propuestas en ocasiones excesivas de los clientes.
Un comercial experimentado ha de conocer los margenes con los que debe trabajar y no puede en ningún caso., aceptar operaciones con resultados negativos. Es cierto que existen operaciones estratégicas que no buscan la rentabilidad a corto plazo, pero este no es el caso que nos ocupa, la reflexión que quiero compartir es la de aquellos clientes difíciles que siempre piden más.
En España existe la costumbre generalizada de pedir descuentos comerciales, cómo no podemos cambiar a las personas, sino a nosotros mismos, y siendo la realidad cómo es, os planteo lo que suelo hacer siempre y sin excepción para evitar situaciones embarazosas:
2. Justificar siempre cualquier tipo de descuento. Por plazo de entrega, por contratar otros servicios o bienes complementarios a la oferta, por condiciones de pago, etc. es la única herramienta para negociar que podemos utilizar ya que si realizamos un ajuste porque sí, ¿porqué no van a solicitar más los clientes?
3. Ser la máxima autoridad cuándo se negocia con el cliente. Coletillas tales cómo "lo tengo que consultar" "eso ya no depende de mi" "a ver que puedo hacer" nos sitúan en una posición de desventaja difícil de superar, ya que finalmente el cliente querrá saber si has conseguido el descuento y sino pedirá hablar con el responsable. Todo el mundo tiene un límite de actuación: responsables comerciales, directores, socios o !los propios márgenes si es tu empresa!.Pero, hay que aprender a decir que no. Que para echar cuentas o pedir permiso siempre hay tiempo.
Cómo decía un profesor en la Escuela de Negocios, el precio se trata conmigo y si van a ofrecer café, para mi uno sólo.Gracias.
Un saludo.